domingo, 27 de noviembre de 2022

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EL AVE QUE RENACIO PARA AMARSE

Terminaba la primavera y comenzaba el otoño, 

cando las aves comienzan a refugiarse para protegerse del frio que se avecina,

 y ahí estaba esa ave fénix joven y hermosa que imponía con su belleza,  

sus colores rojos atrapaba la mirada de todo aquel que la veía, entre animales y humanos. 

Aunque a ella no le gustaba llamar la atención, trataba de esconder su color para no ser vista, 

cuando salía a volar procuraba volar tan rápido que apenas fuera imperceptible su presencia, 

o por el contrario se escondía en esos lugares donde nadie podía verla. 

Era tan llamativo su color que vivía avergonzada,  creía que nadie la iba a querer por su color tan distinto y consideraba que no era hermosa como aquellas aves, de tonos azul turquesa, o negros imponentes, 

se veia rara y fea y deseaba ser de esos tonos que con el sol multiplican sus colores o brillan imponentemente.

Un día decide salir del nido y buscar una forma de cambiar su plumaje y preparar su vuelo, 

para no sentirse señalada por su color y ser observada por  las demás aves, 

incuso por los humanos.

 En ese viaje que emprende conoce a un Ave de quien se enamora, 

la trataba con cariño y cuando se sentía rechazada el trataba de animarla 

además  la admiraba por su bello color, por su fuerza y por su grandeza; 

después de algún tiempo se enamoran, unen sus vidas y forman un nido, 

donde tuvieron 4 lindas aves, en las que se combinaban una serie de tonalidades en sus plumajes 

sintió que aunque ella no tenía estos tonos tan maravillosos, si pudo dárselos a sus avecitas. 

Todo era mágico, volaban juntos, brillaban juntos y por fin sintió que su color era hermoso, 

pues fue lo que conquisto a su ave compañero.

Sin embargo su ave compañero un día puso sus ojos en otra Ave diferente totalmente al Ave fénix, 

y eso la destrozó y comenzó a sentirse otra vez fea; y comenzó a deprimirse a tal grado, 

que sintió que nada había valido la pena; 

su tristeza, su coraje, su impotencia, su rabia, del abandono, la consumían cada día,

 hasta que con su mismo cuerpo genero tanta ira y tanto coraje que el bello color de su plumaje fue haciéndose más intenso, cada vez que recordaba el dolor, se tornaba más y más intenso hasta que estalló en llamas y se consumió hasta quedar hecha cenizas.

El fuego quemo todas esas emociones dolorosas, 

hasta convertirse en cenizas, 

al estar esparcidas las cenizas  en el piso, estas comenzaron a sentir una paz y una tranquilidad, pues ya no semtia dolor y ademas ya no tenía ese color llamativo que tanto dolor le había causado, 

ahora había tranquilidad, paz y sobre todo se sentía liberada 

 Estaba entrando el atardecer y el sol comenzo a ocultarse y destellar rayos rojizos 
que se reflejaban y se pegaban al piso 
Esos rayos comenzaron a reflejarse en las cenizas y  comenzaron a abrazarlas, 
estas se sintieron acaricidas y llenas de calor y de fuerzas,  y sintieron un gran amor al ser tocadas por los rayos del sol. 
Estos rayos abrazantes y amorosos fueron juntando esas cenizas con tanto amor y cuidado,  
despacio y con calma, hasta fundirse  
Cuando por fin termino, observo el sol la majestuosidad de su creación, y quedo tan impactado que la lleno de rosas rojas y la hizo sentir como una Reyna.

Y renació un Ave Fénix reconstruida de sus propias cenizas, mas imponente, con un tono más deslumbrante, llena de amor y de libertad.

Desde ese momento se sintió tan feliz de ser esa Ave Fénix de tono rojizo, el tono del amor. 

 

- Ruth Mier 

 

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