"LA TIERRA ES DE QUIEN LA
TRABAJA"
La Reforma a una Ley Agraria en 1953 una de las medidas más importantes para una comunidad indígena y campesina, bajo el lema de “la tierra es de quien la trabaja”, poniendo fin a un sistema semifeudal durante la primera mitad del siglo XX.
¿Quién trabaja la tierra?
Una reflexión que vas más allá de una apreciación material y subjetiva.
La tierra donde moramos cada día, es esa tierra que me da el fruto del que me alimento día con día.
Mi ser es esa tierra.
Entonces ¿de qué me estoy alimentando?
Eres esa tierra donde habitas, y de donde te alimentas cada día.
Cuantas veces has llorado amargamente, te has quejado por no tener lo que deseas, por no sentirte en merecimiento.
Es tiempo de voltear hacia adentro y darte cuenta que es lo que estas sembrando en tu tierra, y te podrás dar cuenta que la semilla que estas sembrando no es la adecuada, ya que los frutos no son los deseados o los que necesitas tu vida.
Este planteamiento revolucionario, nos permite reflexionar sobre lo que está sucediendo actualmente en nuestro interior, en nuestro mundo, decir que “la tierra es para quien la trabaja personalmente” significa que las tierras deberían estar en manos de los que las trabajan directamente y quienes no lo hacen de esta forma no deberían tener ningún derecho sobre ellas.
Porque permitir entonces que otra persona decida sobre que sembrar y como trabajar tu propia tierra, y obtener sus beneficios y no los propios. Esto es lo que sucede cuando permitimos que terceras personas (esposo, padres, hermanos, amigos, sociedad) decida sobre lo que debemos o no hacer; los juicios, las etiquetas, los prejuicios que cada día influyen sobre nuestra manera de ser y de pensar; y solo por no ser rechazados o ser aceptados, esta actitud no es más que ceder los derechos sobre nuestra propia tierra (manera de pensar y de actuar) a otra persona, y permitir que sea esa otra persona quien plante su fruto y lo coseche.
"Es mi tierra, y yo decido que sembrar para cosechar aquello que deseo en mi vida".
Tal vez lo creas, tal vez no, pero de verdad es que
aprendimos a pensar de acuerdo a lo que nos dijeron estaba bien, y así debía
ser, y es así como llegamos al punto de ser lo que pensamos y lo
que nos decimos a nosotros mismos frecuentemente.
¿Cómo te hablas? ¿Qué tipo de palabras usas cuando
te refieres a ti acerca de lo que eres y haces? ¿Cuál es tu auto concepto? ¿Qué
te dices cuando te miras al espejo? ¿Te has puesto a pensar que o que hoy
eres o vez en ti, es algo que has venido creando desde hace tiempo atrás? ¿Cuánto
tiempo más, seguirás así?
Es momento de reflexionar sobre la
manera en cómo te hablas y piensas ya que esta forma define lo que crees que
eres y aquello que sientes que puedes, o no, lograr en la vida.
Tal vez en algún momento pensaste, creíste y
sentiste que era capaz de hacer algo y buscaste como convencerte de que
aquello que pensaste sobre ti era cierto. O tal vez alguien te dijo que estabas
mal y no actuaste bien, no lo hiciste bien, etc. y más etc.
Resulta que no obtuviste lo deseado, y creíste que
te equivocaste y fallaste; y comenzaste a generar la creencia de que eso no era
para ti o era algo imposible y decidiste dejarlo ahí. Entonces lo dejaste
ahí… ya no lo intentaste.
Y así creaste una forma de pensar, esa forma
de pensar creo en ti una personalidad, y esa personalidad un destino; y es
precisamente donde estas en estos momentos.
Tal vez pienses que tu presente pudo ser
diferente.
Qué tal que resinificas y a partir de este momento observas
todo ese pasado, todo ese aprendizaje, hoy es el momento que esa fortaleza la
utilices para recrear tu nuevo yo, tu presente mas fortalecido, ahora tienes un
nuevo fertilizante, para tu tierra, TU.
Es momento de sembrar tú, y cosechar tú.
No permitas que alguien más lleve una semilla
diferente a la tuya, no contamines tu tierra, riégala, cuídala y cosecharas el
fruto deseado para ti. El Mejor TU.
Ruth Mier
TEAPEUTA HUMANISTA&HOLISTICA
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