MI ENTORNO, MI REFLEJO
¿Cómo observo mi entorno?
¿Cómo interpretamos la
realidad?
Tal vez en función de lo
que pensamos, creemos, vemos, o somos (nuestro marco interno). Es importante
hacernos conscientes de ello, y así podremos liberarnos de malestares y
sufrimiento.
Desde hace
tiempo se ha demostrado que lo
que vemos en los demás nos revela información de lo que somos nosotros mismos,
inclusive estudios sobre psicología personal afirman que todo
lo que vemos en el exterior es nuestro espejo.
Y puesto que un
espejo es donde vemos un reflejo, en este caso el espejo que vemos en el
exterior son diferentes cualidades,
características y aspectos de nuestra persona
y nuestra forma de ser, de pensar y de sentirnos.
Esas situaciones
que se nos presentan en nuestro día a día y que en algunas ocasiones o en la mayoría
de ellas, no nos agrada de los demás, y generamos
emociona hacia nuestra persona, como rechazo,
disgusto, ser observados, etc.
Y no nos damos
cuenta que nos estamos enfrentando a nuestro propio espejo. Lo que se conoce en
psicología como “la ley del espejo”; esta ley establece
que, de alguna manera, ese aspecto que nos disgusta de determinada persona
existe en nuestro interior.
Eso que nos disgusta del exterior en realidad está en nuestro interior.
En efecto, la Ley
del espejo consiste en esa proyección psicológica que realizamos y nos hace pensar que el defecto o desagrado
que percibimos en los demás solo existe “ahí fuera”, y no
en nosotros mismos. La proyección
psicológica es un mecanismo de defensa que manifestamos a través de rechazo;
por el que atribuimos a otras personas sentimientos, pensamientos, o creencias inaceptables para nosotros mismos,
situaciones que nos ocasionan conflictos emocionales o amenazantes a nuestra
persona, a nuestro entorno tanto interior como exterior. Y construimos verdades exteriores con nuestras
propias características.
Sin embargo estas proyecciones suceden no solo cuando estamos ante
situaciones negativas, sino también en situaciones positivas. Sucede cuando nos
encontramos en relaciones de pareja o con personas que admiramos, esas personas
que amamos, a las cuales les atribuimos cualidades de valor, cualidades que realmente existen en nosotros.
Otra circunstancia que evidencia esta Ley, es cuando afirmamos
“conocer” muy bien a otras personas, la realidad es que estamos proyectando
nuestra visión de nosotros
mismos ya sea sobre su imagen física o su comportamiento.
¿Para qué sirve esta información? Para generar consciencia de lo que
realmente estoy proyectando en los demás, y poder descubrir quién soy en
realidad. Permitirnos
tener conocimiento nos ayuda a generar conciencia sobre quien estamos siendo y poder hacernos cargo, trabajar aquellos
aspectos que no deseamos mantener o
queremos transformar.
Una herramienta muy efectiva que nos
permite generar conciencia sobre estas situaciones del reflejo y generar un
cambio real es la meditación consciente,
un sistema nos ayudará a trazar la línea y convertirnos en el observador de
nuestra propia conducta.
Dice Mahatma Gandhi “Cambia tu y cambiara tu mundo”
Ruth Mier
Terapeuta Humanista Holisitica
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